El arranque de la competición en casa prometía emociones para los nuestros, los rojos, que supieron imponer su ritmo desde el comienzo. Apenas había transcurrido unos minutos cuando Kevín, con una muestra de potencia y precisión, conectó un disparo espectacular que sorprendió al portero visitante, quien solo pudo hacer la estatua mientras veía el balón entrar en su arco. Él (1-0) en el marcador encendió a la afición local y dio confianza a los de casa. Sin embargo, los visitantes de Valle de Guerra sintieron el impacto del gol tempranero, lo que permitió a los rojos aprovechar su momento de dominio y marcar un segundo tanto. Pero la alegría fue breve, ya que el árbitro lo anuló por un polémico fuera de juego, decisión que generó malestar en las gradas al considerarse inexistente.

A pesar de los intentos de los visitantes por adelantar sus líneas, especialmente por el lado derecho, sus aproximaciones al área rival fueron escasas. Mientras tanto, los locales seguían buscando el segundo gol con insistencia, pero el marcador no se movió hasta el descanso.

En la segunda mitad, el equipo visitante ajustó su estrategia, y su cambio de sistema pronto surtió efecto. Comenzaron a tomar el control del encuentro y los rojos pasaron por momentos complicados. El balón rondaba el área local con mayor frecuencia y, tras varios rechaces, los visitantes lograron empatar el partido en el último tramo del choque (1-1). Ambos equipos intentaron encontrar el gol de la victoria en los últimos instantes del partido, pero ninguna de las escuadras fue capaz de romper el empate. Al final, el reparto de puntos fue justo para lo visto en el campo, y refleja la dureza de la competición, pero también deja claro que los nuestros tienen mucho que ofrecer.